Si hay algo de gran importancia en una valoración de carteras de inmuebles es, sin lugar a dudas, poder garantizar el éxito de una operación. Para ello, es innegociable el hecho de determinar de forma certera y rápida su valor. Es obvio que para conseguirlo, resulta básico contar con un profesional valorador con experiencia que sea capaz de ejecutar un análisis de riesgos y mantener una actualizada vigilancia legal.
La mejoría en general del sector inmobiliario ha convertido a estas carteras en un activo bastante atractivo, sobre todo para los grandes fondos internacionales. Es por ello que las propias entidades de crédito, que aumentaron sus carteras durante la crisis, han acelerado ahora en su venta. Estas carteras son básicamente una agrupación de inmuebles que contienen gran cantidad de activos singulares (locales, comerciales, naves, suelos…) o granulares (viviendas, garajes…)
Es importante destacar que las valoraciones realizadas en el momento de la concesión del préstamo han perdido su valor y vigencia. Es por ello que actualmente se necesita volver a llevar a cabo una valoración de carteras de inmuebles actualizada.
A la hora de llevar a cabo esta tarea, es preciso e imprescindible acudir a un técnico experto para comprobar el estado aparente de ocupación y de conservación del activo. Además, también influirán aspectos tan importantes como el momento en el que se produce la operación, la localización, el uso o los riesgos.
El valorador recoge toda la información y, junto a la documentación legal y coyuntura económica local, selecciona los enfoques adecuados para calcular un valor de cierre estimado y un valor de venta rápida, siguiendo estándares de valoración nacionales e internacionales.
Además, el cliente también debe fijar el conjunto de inmuebles que desea que sean visitados (drive by) y cuáles pueden ser analizados desde oficina o despacho (desktop). Desde ATValor queremos dejar claro que la eficacia de la valoración de carteras de inmuebles siempre será mayor con un estudio presencial.
En el estudio se deben indicar las debilidades y fortalezas del activo desde el punto de vista del mercado, de la normativa urbanística y den entorno legal. De esta forma, se muestran los riesgos y se propone optimizaciones en busca de mayor y mejor uso y retorno de la inversión.