El Project monitoring es una herramienta de especial interés para las entidades bancarias, fondos de inversión y promotores.
Se utiliza en el ámbito de las promociones inmobiliarias, y consiste en la supervisión de los proyectos de construcción, en concreto, es una herramienta para gestionar el riesgo de la inversión,
se realiza un control de los aspectos más importantes que intervienen en el proceso de promoción, desde el momento de la adquisición del suelo hasta la entrega final del inmueble. Es una auditoría tanto documental como de calidad, que analiza el cumplimiento de plazos y de la verificación de pagos. En estos proyectos de gran complejidad, los aspectos legales, logísticos y presupuestarios requieren de una monitorización adecuada para garantizar la viabilidad y, en última instancia, el éxito de la promoción.
En un principio, el Project monitoring surgió para dar servicio a las entidades financieras que, tras la crisis económica, se encontraron en la tesitura de tener que reactivar promociones inmobiliarias que habían quedado paradas.
A día de hoy, el Project monitoring es un proceso indispensable para asegurar la viabilidad de una promoción e identificar los potenciales riesgos y variables que puedan presentarse.
¿POR QUÉ ES IMPRESCINDIBLE EL PROJECT MONITORING PARA GARANTIZAR EL ÉXITO DE UNA PROMOCIÓN INMOBILIARIA?
Tras la crisis del ladrillo en 2008 las entidades bancarias se han visto obligadas a cambiar su manera de trabajar con las promotoras. Se ha hecho necesario un mayor control que asegure, además, una transparencia total. Por eso en la actualidad, antes de conceder créditos para promociones inmobiliarias, los bancos exigen a las promotoras que se sometan a una monitorización del proyecto llevada a cabo por una empresa externa e independiente que aporta fiabilidad a la financiación de la promoción.
En el Project monitoring no solo se evalúan los riesgos y la parte financiera para asegurar la viabilidad económica del proyecto y el cumplimiento a rajatabla del presupuesto. También se realiza un seguimiento para garantizar que se cumplen todos los requisitos legales y administrativos.
El proceso comienza con una Due Dilligence, auditoría elaborada por consultores externos, que examinan con detalle las distintas áreas de la empresa para determinar si cumple con sus obligaciones con la ‘diligencia debida’ y no existen riesgos legales sustanciales derivados de su actividad.
Tras este informe de situación inicial, viene una segunda fase que consiste en el seguimiento pormenorizado de la evolución del proyecto. De este modo, el cliente recibe periódicamente información actualizada a través de informes en los que puede comprobar la situación real del proyecto, y el cumplimiento del plan establecido.
Como ves, se trata de una herramienta fundamental para que los fondos de inversión, bancos u otros inversores inmobiliarios puedan controlar sus inversiones y garantizar que sus proyectos lleguen a buen puerto.
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